Y de las prendas de vestir nos vamos a la lencería. Una vez más, el reconocido diseñador Andrés Sardá presenta una colección cargada de simbolismo y una agenda bien definida. En esta ocasión, nos vemos sumergidos en nada más, y nada menos, que la Revolución Francesa, época en la que pareciera no se hace mucha referencia a las mujeres. ¿Su misión? Empoderar al sexo femenino representado en las 'Marianne', luchadoras del siglo XVIII por la libertad e igualdad.

A lo largo de la sesión, vemos claramente representadas a mujeres de la época humildes, con prendas aparentemente más campestres, hechas de algodón y yute, mezcladas con encaje y seda; los colores que identifican a este primer grupo son marrón, blanco y granate, e incluso detalles en animal print o estampado de leopardo.

Posterior a estas 'Marianne', desfilan ante nuestros ojos una tropa de mujeres al son de "Who run the world?" de Beyoncé, con la firme convicción de aclarar que 'el sexo débil' no se trata de ellas. Representadas por los colores alusivos a la bandera de Francia, azul, blanco y rojo, marchan firmemente por la pasarela con sombreros, hombreras, guantes y botas dignas de un uniforme de ejército. Pueden verse materiales de seda, raso y encaje, todos con detalles dorados que resaltan la importancia del acontecimiento que encarnan. 

Por último, pero no menos importante, hace su entrada la nobleza en los más finos trajes de la colección. Destacan los materiales de terciopelo, encaje, organza y largas faldas de tul, en tonos intensos como dorado, negro y rojo. Estas últimas fueron las vestimentas más finas, a la altura de la realeza con grandes peinados y tocados voluminosos. Todas en fila al festín del gran final, el cual, estuvo protagonizado por Victoria Abril, reconocida actriz y cantante española, quien personificó a quien creemos fuera María Antonieta por su porte y traje tan imponente. 

En los dos últimos desfiles que he publicado (Moisés Niesto y Miguel Marinero), hemos visto cómo la moda está constantemente inspirada por el arte, sin embargo, he aquí la prueba que incluso en la historia encontramos inspiración. Ya quiero ver en unos años colecciones inspiradas en nuestra actualidad.

¡Gracias por leer!

Gaby